No puedo evitar el dolor, pero si
puedo evitar que me duela. Puede sonar contradictorio o a una frase de alguien
ajeno al que está sintiendo ese dolor, pero eso no hace que sea una realidad o
por lo menos un objetivo al que debemos apuntar. Vendrán olores nuevos, pero
eso significará que volvimos a avanzar, a probar y no nos quedamos atrapados en
ese dolor que lo único que hace es anclarnos en un lugar al que no volveremos y
nos obliga a vivir de una forma que el presente en el que estamos no lo merece.