Si la felicidad fuera un objetivo...
Voy a intentar dar un salto hasta llegar...
Estoy subiendo una escalera...
Los gritos de afuera son en realidad...
La libertad no siempre es sinónimo de sentirse libre...
La vi caminar del otro lado del vidrio...
Mirarte a los ojos hace que me de cuenta...
Mirarte a los ojos hace que me de cuenta que mis problemas dejan de tener sentido, porque mi felicidad se concentra más en verte feliz que en la solución de los problemas banales que van y vienen de mi cerebro. Tu sonrisa me da la felicidad que jamás podrá darme la solución de todos mis problemas. Entiendo algo que mi corazón ya resolvió hace tiempo, que compartir mi vida con vos no se trata de vivir en paz, sino de vivir siendo feliz con tu mirada y tu sonrisa.
Esto se va a terminar, de eso no tengo dudas…
Esto se va a terminar, de eso no tengo dudas. En principio cuando estamos sufriendo descreemos de esa afirmación, y cuando somos felices lo único que hace es hacernos caer en la realidad que esa sensación no es para siempre. Insisto, eso se va a terminar, pero si hay algo que se va a quedar mucho tiempo, o incluso para siempre, es el recuerdo de cómo vivimos ese momento. Eso, en gran parte, depende de nosotros.
Me desperté sin nada de lo que tenía...
Me desperté sin nada de lo que tenía. Sin ropa, sin sábanas, sin dinero y sin muebles. Solo tenía el colchón sobre el que me dormí la noche anterior sin esperar que todo el resto de cosas desapareciera. También se me fue gran parte de la memoria, no recordando qué había hecho el día anterior y tampoco los días precedentes. No tenia celular, pero en ese momento me di cuenta que tampoco recordaba ninguna clave de mis redes sociales ni de mis mails. Me sentí vacío por unos instantes, no diría angustiado, pero si con incertidumbre. Esa sensación duró solo unos segundos, hasta que de repente ese vacío, que podría haberme atormentado, se transformó inmediatamente en una enorme libertad.
Puede existir un punto de partida, pero jamás
Puede existir un punto de partida, pero jamás habrá un punto de llegada. No existe, y es fundamental caminar por la vida sabiendo que no existe. No porque no cumplamos nuestros objetivos, sino porque cuando cumplimos el mismo sería el objetivo de alguien que ya no somos, alguien del pasado que en algún momento quiso estar donde estas, pero esa persona ya no existe. Sos una persona nueva con nuevas inquietudes, el contexto también cambió y a medida que fuiste avanzando ese objetivo se fue difuminando, apareciendo otro nuevo que lo hará más tarde. Cuando ya dejemos de estar en este mundo habrá objetivos sin cumplir, veremos la meta aún también lejos, pero eso no quiere decir que fracasamos, sino todo lo contrario, que fuimos cambiando.
No puedo evitar el dolor, pero si puedo...
No puedo evitar el dolor, pero si
puedo evitar que me duela. Puede sonar contradictorio o a una frase de alguien
ajeno al que está sintiendo ese dolor, pero eso no hace que sea una realidad o
por lo menos un objetivo al que debemos apuntar. Vendrán olores nuevos, pero
eso significará que volvimos a avanzar, a probar y no nos quedamos atrapados en
ese dolor que lo único que hace es anclarnos en un lugar al que no volveremos y
nos obliga a vivir de una forma que el presente en el que estamos no lo merece.
Todo vuelve pero de una forma...
Cuando todo se frena uno se siente...
Cuando todo se frena uno se siente tan solo como cuando todo avanza a gran velocidad. El vértigo puede parecer distinto por quien no padece ninguna de esas dos situaciones, pero quienes las vivimos aseguramos que es tan difícil arrancar cuando todo se frena como frenar cuando todo avanza tan rápido. La solución, tan fácil de decir pero tan difícil de comprender en esas situaciones, es intentar lograr que el tiempo deje de ser la variable que determina nuestro presente.