No soy el mismo que fui hace varios años atrás cuando te conocí. Ya no quiero lo mismo que quería en ese momento, o por lo menos no de la misma forma. Dicen que es sano cambiar, pero a veces puede ser muy cruel. Vos no tenés la culpa de que yo haya cambiado, pero yo tampoco al tengo. Es mucho más natural el cambio que lo contrario. A pesar de eso a veces sucede algo mágico, que la evolución de ambos va sucediendo en una misma dirección, y eso hace que los dos podamos seguir viviendo esos momentos de felicidad pero cuyo origen no es lo mismo que lo fue en aquel momento en que te conocí.
Una cosa es una cosa, pero con una sonrisa...
Una cosa es una cosa, pero con una sonrisa, es otra cosa. La sonrisa contagia, alegra y trasmite algo
que va mucho más allá del acto que uno está haciendo. Agradecer con una sonrisa
tiene una carga exponencial muy superior a agradecer sin ella. Un mero intercambio
de palabras, una respuesta banal o una simple despedida, se potencian con esa
arma nuclear que tenemos todos y que por alguna extraña razón solemos limitar
su uso mucho más del que deberíamos.
Si hay una razón por la cual en algún momento...
Si me ofrecieran volver a tener 10 años...
No tengo más ganar de dudar...
No tengo más ganar de dudar, pero me encuentro en la paradoja de dudas hasta de esa primera afirmación. Tengo ganas de creer y de confiar, y por eso estoy dispuesto a chocarme mil veces contra la pared. Hasta que siento ese dolor de mi cara contra esos ladrillos voy caminando más liviano, sonriendo y recibiendo las sonrisas recíprocas de la gente.
Me levanto sintiendo el aroma a pan...
Me levanto sintiendo el aroma a pan recién hecho y me provoca una satisfacción que tiene como consecuencia una sonrisa en mi cara bastante dormida y con ojos achinados. Esa sensación no es solo por el aroma per sé, sino porque es algo que suele ser excepcional y me rememora a momentos muy felices de mi vida. Si ese aroma fuera diario, creo que acostumbrarme al mismo haría que no sienta tanta satisfacción como estoy sintiendo en este momento. Me termino de despertar, ya no lo siento más, y me doy cuenta que era solo un sueño provocado por un deseo de querer que al levantarme estés vos esperándome en la cocina para compartir esos desayunos que eran lo que justificaba el resto de mi día.
Cuando no aguantás lo que está sucediendo...
Cuando no aguantás lo que está sucediendo el fin de lo que acontece en un principio parece algo aliviador, e incluso sanador. Ya no existe esa presión en el pecho, esas palpitaciones constantes ni ese insomnio perturbador a pesar del silencio de la noche. Luego de esa etapa, viene una tan o más importante que al anterior, que es la de empezar a contraer de nuevo. Volver a llenar ese vacío que antes lo ocupaba la angustia y el temor. Si no lo hacés, el vacío existencial que genera ese momento puede hacer que llegues al macabro punto de incluso extrañar esa angustia y esa presión en el pecho que por lo menso te hacía sentir vivo.
Te veo cada mañana en el reflejo---
Te veo cada mañana en el reflejo del agua del lago, tan perfecta y tan real. Después de tantos días de encontrarte ya aprendí que tengo que controlar mis ganas de acaricias esa mejilla y besar tus labios, porque en el momento que intento hacerlo, como un castigo divino, ya el movimiento del agua empieza a hacerte desaparecer. Mis músculos se contraen, empezando por el corazón, mis lagrimales se empiezan a llenar y una gota de lágrima cae sobre el agua pareciendo casi irrelevante, pero estoy seguro que tanto yo como el lago, no somos los mismos después de esa gota que cayó sobre él.
Decís que el tiempo pasa rápido cuando...
Decís que el tiempo pasa rápido cuando ya pasó, pero mientras lo estás transcurriendo no tenés esa percepción, o simplemente no le estás prestando atención. No es que el tiempo pasó rápido, sino que lo que sucede es que ya no podés volver atrás para volverlo a vivir. Una forma para darte cuenta que probablemente no pasó tan rápido como pensás una vez que terminó, es ponerte a recrear cada momento que viviste en ese tiempo transcurrido. Imaginar cada instante, cada sensación, cada momento, y te vas a dar cuenta que el tiempo pasó de la forma en que tenía que pasar, aunque ya sin que pueda volver atrás.
Que felicidad sería que tu felicidad proviniese ...
Que felicidad sería que tu felicidad proviniese de algo que es abundante. Probablemente es más común que anheles lo escaso. Esto me hace pensar que por ahí en realidad es un engaño a tu cerebro. Vos crees que te hace feliz aquello que menos hay o que más difícil te resulta conseguir, cuando en realidad si eso fuese abundante probablemente no te generaría tanta felicidad como percibís ahora. Lo mismo sucede a la inversa. Eso que hoy no te genera tanta felicidad por que es fácil de conseguir, si eso mismo fuese escaso lo estarías anhelando pensando que eso es clave para que seas feliz.
Vas caminando por una calle llena de gente...
Vas caminando por una calle llena de gente prestando atención no chocarte con nadie. Lo venís logrando muy bien pero tu cerebro está enfocado en eso y no puede pensar en nada más. De repente, sin saber muy bien porqué, e incluso sin recordar que vos hayas dado la orden te frenás y cerrás los ojos. Estás quieto, sentis algunos roces en tus hombros como si la gente te estuviera pasando cerca. Te cocentrás en tu respiración, tu mente deja de estar en ese lugar y tus latidos del corazón se ralentizan. Todo parece mejorar evadiendo por un rato todo lo que sucede alrededor. Todo parecía algo irreal, hasta que alguien te choca de frente, tu corazón se agita perdés el equilibrio y empezás a respirar agitado. Fue lindo mientras duró, casi mágico, pero como todo lo que te genera felicidad, siempre dura un poco menos de lo que te gustaría.
Es tan fácil resolver los problemas del mundo ...
Es tan fácil resolver los problemas del mundo desde un bar con amigos a las 3 de la mañana. Es fácil porque existe generalmente una distancia considerable entre esos problemas y los que tenés en tu día a día. Es más fácil bajar la inflación que dejar el trabajo que no te hace feliz. Es más fácil reducir la pobreza en el mundo que declararle tu amor a esa persona que te cruzás en el transporte público todos los días. Es más fácil mejorar la educación que empezar la dieta un lunes de abril.
Las grandes cosas son las que se esperan...
Las grandes cosas son las que se
esperan, las que se saben que van a suceder y no suelen generan sorpresa.
Pueden ser de alto o bajo impacto, pero no son las que te afectan en el día a
día. En cambio hay un montón de pequeñas cosas a lo largo del día que hacen que
tu día vaya haciendo que llegues a la noche a casa con una enorme sonrisa, o
que sientas que tenés una piedra de 20 kilos sobre la espalda. Son esas
pequeñas cosas que hacen que tengas un lindo día, una buena semana, un mes
genial, un año inolvidable y una vida que te sientas orgulloso de haber vivido.
De repente me convertí en un narrador testigo...
De repente me convertí en un
narrador testigo de historias que no son la mía. En algunas ocasiones me siento
aliviado de contar historias ajenas porque los problemas son de otros, pero lo
que sucede es que en algún momento llego a empatizar tanto con los protagonistas
del relato que me dan ganas de advertirlos, aconsejarlos o simplemente
contarles mi punto de vista. Naturalmente al ser solo un narrador testigo no
puedo lograr esa conexión, y esos problemas que creía de otros se transforman
también en el mío pero con la enorme desventaja que ni siquiera tengo la
posibilidad de intentar intervenir para poder solucionarlo.
Estas palabras solo buscan evadirte...
Estas palabras solo buscan
evadirte un poco de tu realidad del día a día, o más bien del minuto a minuto.
Todo el tiempo pensando en cómo solucionar problemas que jamás suceden, o
pensando en un pasado que ya no podemos modificar. Por eso escribir estas
palabras y lograr que vos las leas hacen que te concentres en algo que es
bastante banal pero que cumple su objetivo. Estamos muy escasos de este tipo de
propuestas, es decir, propuestas que parecen simples e incluso pueden ser
criticadas por su liviandad, pero cumplen perfectamente con el objetivo de
tranquilizar a nuestras ideas.
Es necesaria una bala que va camino...
Es necesaria una bala que va
camino al medio de mi cerebro para darme cuenta que me hubiese gustado vivir diferente.
La disyuntiva es que si hubiese vivido diferente no estaría en esta situación y
en este lugar para poder plantearme todo esto, lo cual se transformaría en una gran
paradoja. Creo que nunca aprovechamos tanto las cosas como cuando nos dan una
revancha para poder volverlas a hacer de otra forma, y eso ocurre porque ya vivimos
alguna forma de hacerlas. Lo que no tengo claro es cómo hubiese vivido mi vida
si alguien me hubiese dicho que a esta edad avanzada en la que estoy me darían
la oportunidad de volver a arrancar de cero.