No tengo más ganar de dudar...

No tengo más ganar de dudar, pero me encuentro en la paradoja de dudas hasta de esa primera afirmación. Tengo ganas de creer y de confiar, y por eso estoy dispuesto a chocarme mil veces contra la pared. Hasta que siento ese dolor de mi cara contra esos ladrillos voy caminando más liviano, sonriendo y recibiendo las sonrisas recíprocas de la gente.