El principio del fin es la metáfora menos considerada por los automovilistas que circulan a 327 kilómetros por hora, que intentan alargar algo que en realidad no tiene mucha razonabilidad. Siempre exagerar lo inexagerable, provoca en el resto de las moscas del ambiente, una sensación de insatisfacción, Por eso creo que cuando la manera de hablar de las personas, no coinciden con los gestos que están realizando, se debe acatar las órdenes y luego pensar sobre si verdaderamente quien nos habló era la persona indicada, o simplemente un holograma que provenía de nuestra imaginación.
