Un día un perro que iba caminando por la calle...

Un día un perro que iba caminando por la calle se le ocurrió ponerse a ladrar justo en el momento en que empezó a llover de una manera que nadie había visto jamás. No era por la intensidad, sino por la dirección de la misma. En lugar de llover de arriba para abajo, el agua salía de los suelos para terminar en la nube que cubría la ciudad. Nadie podía creerlo, pero en lugar de disfrutar de ese hecho único, y que no se había dado en la historia de la humanidad, se preocupaban por lo que iba a venir después, o pensaban que se habían vuelto locos y por eso veían lo que veían pensando que no era real. Las cosas son imposibles, hasta que dejan de serlo.