Caminando por la calle...

Caminando por la calle, mirando a la gente como va de un lado a otro, cada una con sus problemas, cada una con sus alegrías. Miles de pensamientos que se producen en un segundo, en un mismo lugar, todos tan diferentes, pero tan comunes. Cada uno tiene su importancia relativa, pero todo es tan relativo que poco importa la relatividad del problema del otro si es el nuestro el que no nos deja disfrutar del sol que ilumina el parque que se ve a lo lejos. A pesar de perdernos de vivenciar dicho momento, solemos encariñarnos con nuestros problemas, porque estoy seguro, que si alguien de aquel lugar, te propone cambiar sus problemas por los tuyos, recién ahí te darías cuenta lo poco problemático de tus problemas y apurarías el paso para poder tener 5 minutos y sentarte en un banco de aquel parque y sentir el sol sobre tu cuerpo.