La casa no es un hogar...

La casa no es un hogar por el simple hecho de tener unos sillones apuntando hacia un fuego que se va consumiendo a medida que el tiempo avanza y el observador va dejando caer sus párpados para comenzar un viaje hacia otro lugar. El fuego no sólo logró hipnotizarlo sino que su calor hace que el cuerpo deje liberar al alma y luego al despertar se sienta mucho liviano sin saber porqué.