En un barco con mucha gente...

En un barco con mucha gente, sin saber muy bien a donde va, pero tampoco tengo muchas opciones, ya que tirarme por la borda sería muy arriesgado. Por lo pronto aquí tengo comida, gente que aprecio y tan mal no estoy. En algún momento el barco dejó de avanzar, y sin entender muy bien porqué, comenzó a hundirse. Me encontré solo en medio del mar, esperando que alguien me viniera a rescatar. Me quejé, insulté, y nadie venía a rescatarme. Pasó algún tiempo, hasta que me di cuenta que soy yo el que tiene que intentar rescatarse del lugar en el que estoy. Una vez asumido lo dicho anteriormente, en lugar de esperar y quejarme, comencé a nadar. Tampoco sabía a dónde, pero la culpa de que nadie me rescatara, no era de los otros, ya que no sabían de mi existencia, sino de mí mismo, que no confiaba en la posibilidad de comenzar a nadar.