Un día me despertó un rayo de sol...

Un día me despertó un rayo de sol y lo primero que se me ocurrió pensar fue algo negativo para con él. Me gusta mucho dormir, y no está mal despertarse con una caricia, pero prefiero la de una dulce mujer y no la de un cálido rayo de sol sobre mis párpados. Luego me di cuenta que muchas veces extrañé a aquel rayo de sol, y que mi cerebro me volvió a jugar una mala pasada. En lugar de ver el lado positivo de las cosas, lo primero que hace es buscar la parte negativa, y todavía, no tengo muy claro porqué. Por suerte me dí cuenta a tiempo, sonreí, y disfruté con los ojos cerrados del calor del sol sobre mi cuerpo.