Terminó, lo sé. Puede parecer triste...

Terminó, lo sé. Puede parecer triste, doloroso y hasta pienso que puede ser imposible olvidar o dejar de tener esta sensación de impotencia. Mi parte racional toca la puerta, le abro, y como siempre me da un balde de agua fría para calmar mis ansias. Me hace reflexionar sobre lo saludable que es que las cosas terminen, es natural, y así debe ser. Imaginar que nada termina, que todo continua y se va acumulado, me da mucho más temor y me genera un sentimiento de estrés mucho más grande que aceptar que todo tiene un fin y que por eso, debo disfrutar cada momento en que las cosas ocurren.