Te escucho sin saber lo que decís...

Te escucho sin saber lo que decís, te miro sin entender esos gestos que alguna vez alcanzaba para comprender todo en un solo segundo. Me doy cuenta que el problema no es que hayas cambiado, sino todo lo contrario, el problema es que no cambiaste. Seguís igual que aquella vez en que te ví, pero yo no. Yo ya no soy aquel que te vió por primera vez años atrás. No sé si es culpa mía o tuya, no creo en el "no sos vos, soy yo", solo creo entender lo que sucedió decidiendo que ya no caminamos juntos a la par, sino que te veo por un camino paralelo que más adelante se empieza a curvar y alejar.