Nunca se cruzaron ni tampoco se vieron...

Nunca se cruzaron ni tampoco se vieron, pero si se imaginaron muchas veces. Los dos sabían que ambos existían, se intuían. Todos sabemos cuando una intuición es generada por el sólo deseo, y cuando uno está convencido de aquella intuición, y esta, era una de ellas. No voy a generar expectativas, como dije al principio nunca lograron verse, ni siquiera un cruce de miradas, aquel que hubiese alcanzado para darse cuenta de que no eran falsas expectativas las que se generaban al pensar cada uno en la existencia del otro. Esta no es una historia feliz, pero si real.