Cuando uno se arriesga naturalmente...

Cuando uno se arriesga naturalmente existe la posibilidad de ganar o de perder. En casi todo arriesgamos, porque pocas veces uno tiene certezas sobre las consecuencias de lo que uno hace, pero cuando uno habla de arriesgar, en el sentido que todos creemos interpretar, es porque arriesgamos en algo que nos importa. A partir de ahí hay una bifurcación del camino, que nos lleva para un lado o para el otro, mejor o peor, pero ya no será la línea recta por la que hubiésemos seguido caminando.