Hoy no voy a morir y tampoco lo haré mañana...

Hoy no voy a morir y tampoco lo haré mañana. Me crucé con una persona que dijo ser quien iba a determinar la fecha de mi muerte, y me dió el gran “privilegio” de poder elegir esa fecha. Hasta ese momento era un gran ignorante en relación a cuando iba a morir, y eso me provocaba cierta tranquilidad, supongo que por la inconsciencia de ni siquiera pensar en la muerte. Le dije que quería morir el 13 de octubre de 2067. Desde ese momento me entró una gran ansiedad y unas ganas irrefutables de disfrutar de la vida, porque cada segundo que pasaba, se acercaba más al día de mi muerte.