Fuimos al mismo colegio...

Fuimos al mismo colegio, subimos las mismas escaleras, nos sentamos en los mismos asientos y escuchamos el mismo sonido del timbre que daba comienzo a cada recreo. A pesar de eso no nos cruzamos nunca, y eso era evidente porque ella tiene 8 años más que yo. Años más tarde compartimos un viaje el cual los dos pretendíamos hacerlo solos, pero a pesar de nuestra voluntad inicial el primer cruce de miradas hizo que no nos separásemos más. Nadie supo nunca, y mucho menos nosotros dos, que ese apodo que vi escrito en esa pared y que me preguntaba quién sería, se transformaría en la persona que me acompañe el resto de mi vida.