No soy el mismo que fui hace varios años atrás cuando te conocí. Ya no quiero lo mismo que quería en ese momento, o por lo menos no de la misma forma. Dicen que es sano cambiar, pero a veces puede ser muy cruel. Vos no tenés la culpa de que yo haya cambiado, pero yo tampoco al tengo. Es mucho más natural el cambio que lo contrario. A pesar de eso a veces sucede algo mágico, que la evolución de ambos va sucediendo en una misma dirección, y eso hace que los dos podamos seguir viviendo esos momentos de felicidad pero cuyo origen no es lo mismo que lo fue en aquel momento en que te conocí.