Anhelar estabilidad me provoc...

Anhelar estabilidad me provocó mucho más movimiento que si nunca la hubiese anhelado. Pensar en un objetivo que se transforma en un punto al final del camino, resignando lo que suceda mientras intentamos llegar a él, hace que probablemente entremos en la contradicción de ni siquiera nunca llegar y menos aún haber disfrutado el camino.