Las palabras se acaban, pero las ganas de trasmitir nunca se...

Las palabras se acaban, pero las ganas de trasmitir nunca se tornan más leves, por lo tanto necesito la ayuda de ellas para que vengan a mi mente, es más, les concedo el deseo de no filtrar su aparición. Cada palabra esta siendo representada tal y como ellas quieren, no interfiero, ni me importa que esto sea algo con sentido, porque volvemos a la incógnita de quién determina lo que tiene sentido y qué no, y es más, para quién tiene sentido y para quién no. Por lo tanto yo les estoy concediendo a las palabras a poder expresarse de la manera que ellas deseen, pero a medida que les hago caso y me limito a escuchar y transcribir, me estoy dando cuenta que no están aprovechando la oportunidad tan valiosa que les estoy dando.