Las casualidades provocadas por un destino inexistente,...

Las casualidades provocadas por un destino inexistente, no son más que influencias de pisos de madera en los cuales Pinocho nunca hubiera jugado. Cada pedacito de madera representa un recuerdo de aquella carpintería que de joven visitaba. No era por el olor madera, el polvillo molesto o el timbre que sonaba de una manera perturbadora, si no que la visitaba porque la atendía aquella señora de cuerpo prominente que provocaba un sentimiento y una sensación no conocida hasta ese momento.