El beso más esperado es aquel que ya se dió muchas veces con la mirada, que se insinuó con una sonrisa y que se imaginó cientos de veces. Ese beso deseado, parece haber existido, pero cuando sucede, uno se da cuenta que la imaginación todavía no es tan poderosa como para vivenciar cada una de las sensaciones que vive nuestro cuerpo entero al sentir el contacto de aquellos labios tan dulces y suaves. Uno solo está dispuesto a terminar aquel beso en caso de que un rayo caiga en medio de ambos cuerpos, que, pensándolo bien, es esa la sensación que uno tiene al probar esos labios por primera vez.
