Un agujero pequeño...

Un agujero pequeño puede provocar que tropecemos y caigamos sobre la tierra, y como consecuencia de ello tengamos ciertos dolores. En cambio si el agujero es muy profundo, puede suceder que de tan profundo que es, se transforme en un túnel que nos lleve a las antípodas de donde habíamos decidido salir a caminar. Esta profunda “caída” que no es más que un viaje en un túnel hacia otro lado, termina siendo algo totalmente inesperado, y que nos lleva a un lugar muy diferente a donde estábamos. Muchas veces las consecuencias de una gran caída son mejores que las de una pequeña.