Cuando algo se hace...

Cuando algo se hace simplemente porque te sentís obligado a hacerlo, su resultado no provoca la misma satisfacción que si uno lo hace por propia voluntad e inspiración. Lo dicho anteriormente no quita que en ambos casos nos podamos llevar una sorpresa al momento de haberlo hecho. Hacerlo con ilusión y alegría, no garantiza que salgan las cosas bien, ni tampoco hacerlo por obligación y bajo presión garantiza que no podamos tener un gran resultado al hacerlo. También depende de quién nos obliga a hacer las cosas, si es alguien que merece poco nuestro respeto, o en algún caso, somos nosotros mismos quienes nos obliguemos.