Está lejos, pero mucho más cerca de lo que creo. La distancia me parece eterna antes de empezar el camino. Generalmente cuando empiezo a caminar creo haber avanzado poco, giro, miro el punto de origen, y me doy cuenta que la percepción del tiempo y la distancia no es una de mis virtudes. Antes de empezar a andar este camino, muchas veces me quedaba paralizado hasta darme cuenta de esta realidad. A partir de ahora, cuando me pongo a debatir si conviene empezar a caminar o quedarme quieto, me doy cuenta, en pleno debate, que ya estoy caminando.
