Hoy no tenía ganas de caminar...

Hoy no tenía ganas de caminar, asi que decidí salir a volar. No dudé un segundo de mi capacidad para poder hacerlo, yo sabía que podía, por lo tanto no tuve ningún tipo de temor. Como no tengo temor en abrir la puerta y salir a caminar, tampoco tenía que tenerlo para abrir la ventana y salir a volar. Me abrigué, porque el viento no es igual en las alturas que a nivel del suelo, abrí la ventana y salí a volar. Lamentablemente a veces, por más que uno esté muy seguro y convencido de lo que es capaz de hacer, uno también se puede equivocar. Al parecer, no sabía volar, así que fue una caída libre de 34 metros. No puedo negar que fui feliz en ese momento, no tuve temor, porque lo que venía, era inevitable.