El árbol que planté...

El árbol que planté hace 37 años ya no está. Nunca había vuelto a ese lugar desde aquella vez que le festejé los primeros 10 años de vida. Él fue testigo de muchos momentos que fueron importantes para mi, pero que por cierto pudor prefiero con contar. En aquellos primeros años creció a una velocidad envidiable para mi, que siempre estaba entre los tres primeros de la fila. Ahora ese árbol ya no está, no hay indicios de su existencia. Yo tampoco crecí mucho más, pero me hubiese gustado saber hasta adonde había llegado después de tanto tiempo.