Tengo una razón para no tener razón...

Tengo una razón para no tener razón y es que la razón pocas veces le hace caso al corazón, que no sé muy bien porqué, pero al mismo se lo asemeja a los sentimientos. El corazón representa al amor, y si tengo que ser sincero, tampoco creo que la forma convencional en que se lo dibuja, sea muy representativa de la forma real que tiene, pero uno igual lo acepta. Lo mismo sucede con las onomatopeyas, yo no creo que los gatos digan “miau” ni los perros “guau”, pero sin embargo seguimos avanzando, sin cuestionar y aceptando lo que nos dicen que es y que no es.