Un rayo cayó en el patio de mi casa y me asusté. No tengo muy claro que es lo que provocó ese susto, o más bien sí, el ruido y la luz fuerte, pero ¿por qué me asusté? Me puse a pensar si me hubiese asustado de igual forma si 38 segundos antes alguien me hubiese avisado que ese rayo iba a existir, y la conclusión fue que probablemente no me hubiese asustado, o no de la misma forma. Entonces la realidad es que no me asustó el rayo per se, sino que lo que hizo que me sobresaltara fue la sorpresa. Si sabemos que algo va a suceder nos puede provocar una gran cantidad de sentimientos, pero lo que provoca el susto, es la sorpresa.
