Me gusta dormir, pero más me gusta soñar...

Me gusta dormir, pero más me gusta soñar. No es porque allí puedo hacer lo que quiero sin sufrir las consecuencias. Esa es una gran falacia. En mis sueños incluso a veces siento que el dolor y la felicidad son más fuertes que en lo que llamamos “vida real”. Siento mucho dolor, mucha angustia, mucha felicidad e incluso disfruto de las grandes carcajadas. Siento caer al vacío, lo siento de verdad, al igual que esos dientes que van cayéndose de mi boca y esa noche de lujuria y pasión que sueño con ella. El día que me dé cuenta que esta vida la cual creemos real, aquella que empieza con el despertador a las 7:05am, no es tan real como creía, me arrepentiré de no haber intentado volar como hacía en aquel sueño.