No te veo, pero te siento...

No te veo, pero te siento. No sos el viento, aunque me provocás el mismo frio y calor dependiendo del momento en que nos encontramos. Cuando estás me quejo, cuando te vas te extraño. A veces venís como un remolino y otras como una suave brisa que roza mi piel, y es ahí cuando sonrío y siento que prefiero soportar esos huracanes inesperados que dejan todo sin ser reconocido tras su paso, si sé que después todo pasará y volveré a sentirte en cada gota de aire que respiro.