Estoy mirando esta hoja en blanco...

Estoy mirando esta hoja en blanco y sin embargo te veo a vos, no sé en qué lugar, no sé como puede suceder esa magia de verte sin tenerte frente a mí, pero recuerdo tu cara, tus ojos, tu inimitable sonrisa, tu “buenos días” y tu “adiós”. Lucho porque esos recuerdos no se vayan, los repito una y otra vez, aunque debo confesar que no sé si lo hago en forma voluntaria o me es imposible dejar de recordarlos. No tengo claro si es la esperanza o la certeza de querer volverte a ver, que el destino del cual descreo se encargue de hacer que volvamos a cruzarnos alguna vez y ahí confirmar que es tu sonrisa la que me llenó de felicidad aquella primera vez en que la vi.