La pereza de ser perezoso es una paradoja tan surrealista como real para quien la vive. Por algún motivo alguien decidió incluir a la pereza como un pecado capital, porque quien la vive, hay un momento en que deja de disfrutarla para comenzar a padecerla. Eso se ve muy claramente en Los Pitufos, en el cual hay un perezoso al cual no se lo ve feliz. El problema es la pereza que provoca intentar de dejar de ser perezoso, y ahí se comienza en un círculo vicioso que genera tanto estrés que la pereza vuelve a ser una aliada y todo se vuelve a calmar.
