Las historias están dando vueltas por el aire, no se ven,
tal como lo hacen las ondas de la radio. Dan vueltas por ahí sin ser notadas
por la gente que en su rutina diaria camina por la calle sin saber que están ahí.
Para poder darnos cuenta de que existen esas frecuencias de la radio nos hace
falta un aparato que capte dichas ondas. Lo mismo sucede con las historias que
andan dando vueltas por ahí, pero lo que necesitamos para poder captar esas
historias no son antenas, sino lo que necesitamos es cierta sensibilidad. No
todos la tienen desarrollada esa capacidad, pero si lo que se puede es
trabajarla para poder ser más perceptivos a esas historias. Hay que tener
cuidado, porque si uno logra abrirse mucho a esas historias, luego no es tan
fácil desconectarse como uno lo hace con una simple radio y su on/off.