La gente que está del otro lado del rio puede que haya
nacido allí, o por alguna razón y de una forma que no logro comprender,
nacieron de este lado y lograron cruzar. Si pienso que nacieron del otro lado
me tranquiliza porque sirve para autoconvencerme que ellos no fueron más
inteligentes que yo como para encontrar una forma de cruzarlo. Es verdad
también que de esta forma hay mínimas probabilidades que logre cruzar el rio,
que es en realidad lo que quiero, así que me parece que lo que voy a hacer, en
lugar de volcar mi energía en envidiarlos, voy a pensar, tal como creo que
hicieron ellos y no considero más inteligentes que yo, la forma de poder, algún
día, llegar al otro lado.