Envidio a ese robot que todo lo decide...

Envidio a ese robot que todo lo decide con una facilidad y una convicción que jamás voy a conseguir. Todas las decisiones aparentan ser las óptimas y logran la mayor satisfacción esperada para ese momento y circunstancia. Quien pudiera analizar de una forma clara las miles de alternativas que pueden llegar a suceder luego de tomar esa decisión. Ojalá pudiese ser una máquina para decirme la verdad y dejar de mentirme influenciado por sentimientos, fingiendo que siendo una máquina podría ser más feliz.