No quiero morir pero lo estoy haciendo...

No quiero morir pero lo estoy haciendo desde el instante en que nací, y eso es tan paradójico como saber que no quiero sufrir pero le escapó a la felicidad por miedo a no conseguirla. Mentirme a mí mismo usando las armas del vocabulario para intentar convencerme de algo de lo cual no estoy convencido. Creo ser un mero espectador entre las conversaciones de mi cerebro y los latidos de mi corazón. Se están jugando mi futuro y yo acá, como mirando ajeno sin ser muy consciente que lo que se está decidiendo en ese intercambio de palabras y sentimientos es mi propia vida.