Me despierto, y siento la contradicción...

Me despierto, y siento la contradicción de creer estar en un sueño. No es mi cama, no es mi habitación y mucho menos es el paisaje que veo todos los días por mi ventana. Estoy en el lugar que siempre soñé, y de hecho es por eso que creo que se trata nuevamente de un sueño, pero esta vez quiero que sea diferente. En lugar de decepcionarme por saber que no es realidad y que en algún momento va a terminar, decido intentar disfrutarlo hasta último momento, hasta que suene el despertador o se dispare aquella bocina de coche. Sin quererlo o sin saberlo cómo, se transformó en el sueño más largo de mi vida, ya que hasta el día de hoy sigue sin terminar. Me puse a escribir estas líneas, sin saber si alguien las va a leer alguna vez, pero creí importante trasmitir que las cosas empiezan a terminar en el instante que nos convencemos de que tienen un final.