Mañana no termina el mundo...

Mañana no termina el mundo, no se acaba todo, mañana será un día más. La probabilidad de que los días sigan sucediendo hace que tenga una cierta tranquilidad y no me haga preguntas acerca de la verdadera satisfacción que me provoca la rutina que hace que todos los días mi despertador suene a las 7:27am. En cambio, si por alguna extraña razón alguien me confirmara que el mundo se acabará en 184 días, probablemente intente cambiar mi rutina para hacer esas cosas que por creer que “en algún momento las podré hacer” no estoy haciendo. Cuán poderoso y frágil es el cerebro, y cuán valiente y temeroso es el corazón que hace que nos satisfaga el status quo hasta que alguien no asegura que ese status quo, en algún momento más próximo que lejano, se va a terminar.