Chocar con la realidad debe ser el único golpe del cuál uno sale más sano de lo que era antes del mismo. Probablemente uno no se de cuenta al siguiente segundo de haber chocado. Incluso ser consciente de eso puede llevar horas, días, semanas o incluso meses, pero es ese choque el que nos permitió un tiempo después avanzar siendo los que debíamos ser, y no una máscara o un traje que alguien nos puso y nos dijo que debíamos ser y sin saberlo estábamos interpretando demasiado bien ese personaje.