Solo en la isla de una casa en Tucumán nadie sabrá...

Solo en la isla de una casa en Tucumán nadie sabrá porqué uno estuvo allí sin querer estar. De repente salió y vió una montaña con nieve, salió, hacía mucho frío, pero cambió la montaña por playa y llegó el calor. Se acercó a la playa, el agua de mar se hizo hielo, patinó sobre él. En el medio del mar, con sus patines a cuesta, el hielo se hizo dulce de leche y empezó a comer. Se empachó. El sol empezó a calentarlo, estaba rico, pero caliente. Después se cansó y volvió a su casa, Nadie lo reconoció. Vivía solo.