Cada tanto las posibilidades de crecer en un mundo petiso son cada vez mayores, ya que no es la razón principal la carnada a la piraña, sino que el mar se está quedando sin agua. Esto permite que a veces resulte difícil poder salir o entrar por el simple hecho de que la tecnología no nos reconoce y no nos deja avanzar hacia un lugar que antes era normal tener acceso. Hay que luchar contra manera y viento para poder dar vueltas por una cabeza de alguien que una vez fue caracol y hoy quiere ser un oso polar.