Llego a la playa hace 25 años...

Llego a la playa hace 25 años y sin pensarlo demasiado, agarro mis herramientas de trabajo, me alejo de mi zona de confort y me voy a la orilla a empezar mi labor del día. Arena mojada es mi aliada para comenzar a cavar la fosa que será de refugio al futuro castillo que hará de recibimiento a todos los navegantes que lleguen desde el mar. Tiene que estar a la distancia justa para que el agua llegue a la fosa, pero que no sea invadido por una gran ola que derrumbe toda la construcción. Luego de mucho esfuerzo y sacrificio, y ante la mirada de algunos colegas que dan vueltas por ahí llegan a buscarme, es hora de irme y el sol va cayendo pintando el cielo de naranja. Me freno a mirar el mar, el castillo y siento ese cansancio satisfactorio de dejar la playa custodiada por la noche, sabiendo, a pesar de todo, que mañana ese castillo habrá desaparecido y tendré que volver a empezar.