Voy a saltar sabiendo que no es humanamente posible...

Voy a saltar sabiendo que no es humanamente posible llegar al otro lado. Alguien cuando era chico me contó que las abejas tampoco podrían volar por sus propias características de su cuerpo, pero como no lo saben, vuelan igual. Yo tengo la contra de que soy plenamente consciente de que nadie lo ha logrado, y esa es una contra en comparación con las abejas. Creo en mi preparación física, pero aún más en mi preparación mental. Tomo distancia, empiezo dar los primeros pasos y luego a correr a mi máxima velocidad, estoy seguro que lo voy a lograr. Dos centímetros antes del gran precipicio mi cuerpo pega el gran salto y el otro lado se ve cada vez más cerca. Cuando ya no queda nada de repente una ráfaga de viento frena mi velocidad y me doy cuenta que ya no lo lograré, empiezo a caer y me quedan solo algunos segundos de vida. No me arrepiento, dicen que el que no arriesga no gana, arriesgué, y esta vez perdí. Eran las reglas de un juego que decidí jugar para conocer otros lugares y salir de mi zona de confort.