Te perdí. Ese laberinto que una vez empezamos...

Te perdí. Ese laberinto que una vez empezamos a caminar juntos en algún momento nos dividió, cada uno tomó su camino y pensamos que si debíamos estar juntos el destino nos iba a juntar. Que mentira tan cruel, a los pocos segundos ya te extrañaba y no sabía cómo volver. Yo dejando en manos de ese destino cruel mi futuro sin tener el valor de mirarte a los ojos diciéndote que prefería seguir perdido el resto de mi vida en este laberinto de la vida contigo, del cual ni siquiera sé si tiene salida, y no encontrar una libertad ficticia lejos tuyo. Maldigo el momento en que dejé mi felicidad ligada a un azar con tantas variables que ahora me resulta imposible reconstruir. Te siento lejos y a veces muy cerca, esperando que ya no sea el destino, sino las ganas de ambos, la que haga que nos volvamos a juntar.