Me llega una carta que no es ni del...

Me llega una carta que no es ni del Señor Luz ni de la Señorita Gas, sino que parece una carta manuscrita. Mi parte pesimista piensa que tiene que ser un engaño de alguna publicidad y mi parte temerosa tiene miedo de abrirla. Algo tan normal en otros tiempos causa una gran sorpresa en los actuales. Me genera una gran adrenalina al momento de tomar la decisión de abrirla. Mi nombre está en el destinatario pero no hay ninguno en el remitente. Rompo el sobre por un costado, para no romper la carta que está dentro. Hay un papel doblado, lo abro, y para mi sorpresa no hay anda escrito, una hoja totalmente en blanco, primero sentí una inesperada decepción, pero luego comprendí, que quien me mandaba la carta, no tenía palabras para describir lo que me quería decir.