Cuánto más fácil es desarmar algo que tardaste tanto tiempo y esfuerzo construir. En un segundo se puede llegar a desarmar todo, darlo vuelta, modificarlo y que poco se parezca a lo que había antes. Al momento de destruirlo podés llegar a sentir una adrenalina que te haga parecer que es la decisión correcta y que hiciste bien en destruir lo que costó tanto esfuerzo, pero después, cuando te entra la nostalgia o las ganas de volver al estado anterior, es cuando te encontrás con la enorme dificultad. Te das cuenta que es muy difícil volver. Sobre todo cuando al construirlo no lo hiciste solo, sino que recibiste la ayuda de mucha gente para poder hacerlo que hoy puede que ya no estén. Algunos creen que haciéndo trampa podés llegar a lograrlo, pero si lo lográs, la satisfacción estoy seguro que no va a ser la misma ni durar lo que pensabas. Pensamientos que uno tiene cuando mira fijamente a un cubo de Rubik,
