Ya no siento la temperatura...

Ya no siento la temperatura exterior, dicen que hace frio, o en realidad lo noto por lo abrigada que va la gente, pero mi temperatura interior me impide darme cuenta de eso. Puede sonar hasta salvador ese fuego interior en estos momentos, pero como toda sensación de satisfacción, si se hace permanente deja de serlo. En realidad, por más extraño que parezca, no sólo deja de producir satisfacción sino que empieza a ser algo muy molesto. Eso me hace pensar que para que algo nos haga feliz, no tiene que ser un sentimiento constante ni eterno, sino lograr que aparezca en los momentos justos para disfrutarlos y anhelarlo a la vez.