Te encontré sin buscarte...

Te encontré sin buscarte como aquellas cosas que uno busca en cada rincón y solo las encuentra cuando las deja de buscar. Me di cuenta que eras vos porque, tal como había leído alguna vez, no me empezó a latir fuerte el corazón, no se me tensaron los músculos y mucho menos tenía mariposas dando vueltas por mi estómago. Me di cuenta que eras vos porque tú sonrisa me trasmitió paz, tranquilidad y serenidad. En tu abrazo me di cuenta que tenía la libertad de volar pero prefería quedarme atrapado en tus brazos. Finalmente llegó el beso, ese instante cuando tuve ese sentimiento imposible de describir con palabras y, naturalmente, esta vez no será la excepción.